lunes, 1 de noviembre de 2010

"Estamos destinados a navegar para siempre"

El Arca Rusa

Un filme del director Aleksandr Sokurov, en homenaje al Museo de Hermitage en San Petesburgo y la Rusia Zarista. Su principal característica es que se filmó los 96 minutos que dura el rodaje con una sola cámara y en forma secuencial, un 23 de diciembre del 2001.
La calidad de nitidez en audio y video es de alta definición, la información fue directamente grabada en un disco duro, éste permitía 100 minutos de grabación pero que no podía ser regrabada. Las tomas son de un solo plano en forma secuencial. Se usó una técnica llamada “formalismo”, que permite que la película se vea en abstracta naturaleza.
La película  muestra 33 habitaciones del museo en los que participan 800 actores. La producción tuvo sumo cuidado con cada detalle en el vestuario, mostrando una gama de formas y colores. El maquillaje se caracterizó por un tono palidezco en los personajes en contraste con las mascarillas muy coloridas. Se filmó en un solo día, debido a que el museo no podía quedar a puertas cerradas más tiempo. Un problema fuerte en el rodaje fue el idioma, pues Sokurov sólo habla ruso y Tilman Buttner (operador de tomas) sólo habla alemán, para ello llamaron a un traductor que estuvo al pendiente de ambos y junto a los siete técnicos de Buttner.
El rodaje inicia en un día de invierno, con la venida de una carroza con caballos y varias parejas para una pequeña fiesta ingresando por una entrada menor del Palacio de Invierno (residencia oficial de los Zares de Rusia entre 1732 y 1917). El narrador (personaje representado por una cámara subjetiva y que se convierte en nuestro punto de vista) se encuentra con un invitado en la fiesta “El Europeo”, que lo sigue por nutridos ambientes del Palacio.
El personaje “El Europeo” está basada en el Marqués de Custine, quien visitó Rusia en 1839 y escribió un libro bastante leído sobre su paseo al palacete. 
Más allá de lo novedoso de su realización, lo interesante en El Arca Rusa, radica en que continúa las inquietudes intelectuales de Sakurov. Prosigue en este film las investigaciones sobre las posibilidades de imágenes que había dado planos tan sorprendentes en Madre e Hijo. Por otra parte, Sakurov es un sentimental que vuelve a reflexionar sobre la historia de Rusia. El cineasta, no oculta su nostalgia por la época zarista y su aspecto crítico por la época socialista; además cuestiona la dependencia rusa de la cultura europea y reflexiona de tensión entre Europa y Asia.
El film de Sakurov no se sitúa sólo en las temas de montaje, sino también en la posición ideológica. Otro de sus alcances de la película, es la combinación entre el tiempo y el espacio en el que transmite la sensación que se tiene cuando uno entra a un gran museo, un paseo por otra realidad, un paseo en un tiempo distinto al actual, a lo cotidiano.
Este rodaje establece una imagen-tiempo en la que el presente y pasado conviven compatiblemente. Un tiempo que quizás nos conlleve a una calamidad. No es casual que el rodaje finalice fundiéndose en la imagen del mar rodeando el Arca, mientras el narrador dice sometido: “Estamos destinados a navegar para siempre”.

Premio Nobel a Vargas Llosa

¿Orgullo o indiferencia?

El Premio Nobel de Literatura del 2010, galardón ansiado por muchos literatos a nivel mundial, fue finalmente concedido por la Academia Sueca al arequipeño Mario Vargas Llosa. Y es que era el único premio que le faltaba al autor de La ciudad y los Perros.
El escritor, muy reconocido en el mundo, tiene sobrados méritos para obtener dicho galardón. Es destacable la calidad de muchas de sus novelas, concerniente al manejo magistral de las estructuras narrativas y al conocimiento profundo de las técnicas de la novela contemporánea.
Muchos estudiantes, trabajadores, profesionales y escritores peruanos que tuvieron la oportunidad de leer una o algunas obras de Vargas Llosa, han sentido enorme orgullo al saber de esta noticia difundida desde Estocolmo.
Los medios de comunicación acapararon portadas, pantallas televisivas, pantallas digitales y micrófonos al cubrir dicha información. Destacando el merecido premio gracias a la denodada entrega e inspiración para aquellas obras, muchas de ellas magistrales.
¿Pero este premio fue dedicado al Perú por el escritor? ¿Pensó en ese momento en el Perú? En el diario “El País” MVLL concedió una entrevista, a los pocos días de su premiación, en él, agradece a España por haberlo acogido, apoyado y de alguna manera emerge un gran orgullo el tener la nacionalidad española, por tanto le dedica el galardón.
Ese orgullo inmenso del escritor españolizado ¿Acaso no es un desprecio hacia la raza e idiosincrasia peruana?  En “La Razón” de La Paz su artículo "Razas, botas y nacionalismo", que no ahorra artillería para acribillar al indio Evo Morales, Presidente elegido en Bolivia por voluntad popular ¿Y los peruanos no somos un país pluricultural y tenemos mucho de indio?
¿Las obras de Vargas Llosa acaso no son para una cierta élite? Son conocidas en la capital limeña y algunas  ciudades principales del Perú. Sus obras pueden ser adquiridas sólo por personas con capacidad económica y de cierto nivel intelectual. Pero en la mayoría de lugares donde aún no se ha encontrado soluciones para combatir la pobreza y extrema pobreza ¿Sabrán siquiera si existe un “Premio Nobel de Literatura”? Qué interés e implicancia puede tener este laurel para aquellos que sólo en sus cerebros ronda día y noche las palabras “comida, trabajo y techo”.
Apropiado reconocimiento al escritor, no hay duda. He leído alguna de sus obras y realmente calaron en mí y, seguramente en muchos lectores, pero no nos ceguemos con tanta publicidad y demos la espalda a una realidad brutal.


Un rescate para no olvidar

Es reconocible y aplaudible el rescate realizado a los 33 mineros de Atacama que quedaron atrapados a 700 ms de profundidad, por el lapso de 69 días. Un ejemplo de organización. sabiduría, unidad y ganas de vivir.
El éxito de la liberación de los mineros se debió a una excelente estructura de planificación del equipo de rescate. Antes de iniciar acciones se realizó una prueba de la cápsula “fénix 1” vacía para verificar su desempeño dentro del ducto de 66 cm. de diámetro. Los 8 geólogos apoyados por videos, decidieron no reforzar el ducto ya que la dureza de la roca no lo permitía.
Asimismo, el asesoramiento de los especialistas conllevó a tomar previsiones por si no se desarrollaba con éxito el primer plan del rescate. Se elaboró 3 cápsulas fabricadas por una división Armada de Chile llamada “Plan C”; de no haber funcionado bien las cosas éste se hubiese puesto en ejecución aunque el retraso de la liberación demoraría una semana más.
¿Y cómo sobrevivieron los operarios?
Luego del primer contacto que sucediera el 22 de agosto, después de 17 días de haber ocurrido el accidente, los mineros comían cada 48 horas dos cucharadas de atún, medio vaso de leche y media galleta, además de un tarro de duraznos en conserva que se repartieron entre las 33 personas.
Posteriormente al haberse producido el hallazgo, mediante tubos plásticos se les suministró botellas de agua mineral, medicamentos, vitaminas y dieta líquida. Días después, recibieron comida más sólida con un estricto régimen de de 2,200 calorías para no engordar, basado en arroz con carne. Para su aseo, en un lugar cercano al refugio los mineros poseían de un baño químico y excusados, a ello se sumó con el abastecimiento de agua potable.  
El rescate acaparó la atención del mundo, fue visto por más de 5,8 millones de personas por internet, debido al éxito y a la magnitud del problema. Sobrepasó el nivel de audiencia digital, incluso más que cuando falleció el rey del pop Michael Jackson, que obtuvo una visita virtual de 4,6 millones y le sigue la elección presidencial de Obama con 3,8 millones de internautas.
El 13 de octubre a las 12.10 de la noche, más de mil millones de espectadores en el mundo estuvieron a la expectativa, cuando emergió de las profundidades Florencio Ávalos a través de la cápsula “Fénix 2”, convirtiéndose en el primer rescatado sano y salvo de los 33 mineros.
¿Y cuánto costó el rescate?
El costo del operativo del rescate en la mina de San José de Copiapó, superó los US$ 20 millones, cantidad que no incluye el sustento de las familias en el campamento Esperanza.
Parte del financiamiento lo asumió la empresa estatal Corporación de Cobre (Codelco), sufragando con US$ 15 millones sólo para maquinarias y vehículos, construcción de obras civiles, implementación de equipos tecnológicos y comunicaciones y mano de obra. Otras empresas privadas asumieron la financiación con más de US$ 5 millones. Por ejemplo, el uso de la perforadora T-130 que llegó hasta los 630 metros de profundidad, tuvo un costo US$ 18 mil diarios.
Por otra parte, los mineros rescatados recibieron estímulos como 8 mil euros de un magnate chileno, iPod personalizados cortesía de Apple, invitación para viajar en crucero por las islas griegas y conocer Corea del Sur, etc., tras estos premios recibieron reconocimientos nombrándolos “hijos ilustres de Copiapó”.

domingo, 19 de septiembre de 2010

AMANDA PORTALES: DESNUDA SU ALMA


Suena el timbre de la casa. Me asomo a una de las ventanas y aprecio su presencia. Con una suave voz a través del intercomunicador llama por mi nombre. Presiono el botón marrón que está al lado del auricular, la conexión hace que se eleve el enorme enrejado que cubre de seguridad a los diez chalets de los vecinos que constituye una asociación informal. Ingresa su auto pequeño de cuatro puertas, color palo rosa y se estaciona al lado de la puerta principal de la casa. Mientras bajaba por las escaleras desde el tercer piso escuchaba voces y murmullos en la sala. A mi llegada Amanda se encontraba sentada en el sillón central, rodeada de dos de sus hijas. A penas me vio se levantó y con espontáneo impulso de ambas nos abrazamos con mucha cordialidad, fue de esos fraternos, como cuando uno se reecuentra con un amigo o un familiar después de muchos años.
Renuevo mi invitación a que se acomode en el mismo asiento. Sus ojos achinados bordea todo el escenario, sintiéndose en familia. Su mirada es fija y expresiva, aparenta una felina mirando al horizonte, de labios carnosos y acorazonados, piel canela, nariz respingada, con huellas de una cirugía al que se sometió hace quince años. Cabello color chocolate, dientes alineados y blanquecinos. Alta y de contextura robusta. Sentada o de pié se le aprecia muy imponente, transmitiendo mucha personalidad, seguridad en sí misma, autosuficiente y en momentos dura; pero cuando habla de sus hijas, su rostro cambia, se enternece, su emoción se eleva y pareciera escucharse los latidos de su corazón, como si el pecho pugnara por reventar.
Como dice es limeña de pura sepa, iniciándose en el canto cuando a penas alcanzaba los tres años, desde entonces ya se le conocía con el seudónimo de “ Mascotita de Huánuco”. Todo una eternidad le gustó  cantar, aunque en sus inicios fue integrante de la Compañía Inti Raymi del Cuzco dirigido por Eleazar Jirón en el que se atrevía a realizar piruetas hasta encontrar el baile o la danza apabullante y alegre. Limeños son también sus hermanos, su madre de Yauyos, una provincia cercana a Lima pero olvidada por el centralismo que lacera las provincias, quien también es eximia intérprete y compositora, más  conocida como “Irene del Centro”. Su padre huanuqueño, es músico, director y compositor. Ambos le alegran la vida, pues están al tanto de sus actividades. Hace años, dirigían a “Juventud Huanuqueña”, un grupo de danzas más que de canto, en el que también participaba nuestra entrevistada. Recibió el permanente apoyo de sus padres, incluso para acceder a cantar en los diversos escenarios, se vieron obligados a solicitar autorización ante un juez de menores; en tanto que antiguamente se calificaba al artista lo que no ocurre en la actualidad, de modo que cualquier hijo de vecino se aprecia de cantante… “tiempos aquellos que no volverán”, señala quejumbrosa Amanda, pero con el deseo de que se vuelva a retomar tal calificación, con el objeto de que el artista tenga el lugar que se merece, se le respeto y asuma su responsabilidad como comunicador artístico. “En la actualidad –señala- se han perdido muchos valores, como el respeto a las personas mayores, el respeto al compañero que labora a tu lado, el respeto a las costumbres. La generación actual tiene accesibilidad a una información más rápida, como por ejemplo el internet pero este no es confiable, a veces hay información mal dada. En años atrás se tenía que realizar investigaciones a conciencia quedándote para la posterioridad”.
Comenzó como profesional, previa calificación realizada en la Casa de la Cultura, donde le otorgaron el carnet número cero cincuenta y siete, en el año 1965, aún sin cumplir la mayoría de edad. El arte, para ella, siempre ha sido una profesión y para su felicidad y de quienes la quieren, el publico felizmente la respalda.
Recuerdo cuando fui a una de sus presentaciones y tuve acceso al proceso de su preparación antes de verla actuar en escenario, aprecié que Amanda sudaba intermitentemente como si hubiese salido recién de la ducha. La noté tensa, nerviosa como si fuese a actuar por primera vez; también preocupada e impaciente, también como si fuera su primer evento. De pronto, respiró profundo, se sentó sobre un silla de madera forrado en terciopelo, cerró los ojos y entró en profunda meditación, pareciera que para ella el silencio era lo más apreciado, a pesar que en los pasadizos del Teatro Segura, se escuchaban griteríos y murmullos. Su concentración fue profunda, intensa, hasta que aquellas gotas de sudor se evaporaban, su rostro se tornó cálido, pacífico, el ceño fruncido dejó de estarlo y el inhiesto cuerpo se dejó caer. Otra vez inhaló y exhaló con profundidad, su busto la delataba; despertándose lentamente, sonrió mirando al techo, bajó la cabeza de nutrida cabellera, frente a ella apreció un espejo y tenuamente dijo: "Amanda, al fin llegó el día, tu público te quiere y responderá a tu invitación para celebrar tus cuarenta y cuatro años de vida artística".  
De la conversación que entablábamos en la sala, rodeado de espejos, libros y cuadros pictóricos de paisajes andinos y el suave sonido de un equipo de sonido que arrancaba unas notas del folklor latinoamericano, se advierte que Amanda era una niña muy traviesa y palomilla. En la época del colegio, en varias oportunidades la solían llamar a la dirección. Siempre creía estar en lo cierto, a pesar de que quizás estuviese equivocada, se mantenía firme en lo que pensaba, era terca como una mula, tal vez por esta razón se identifica plenamente con las mulizas. Alguna vez rompió las lunas de su centro educativo, mereciendo castigos que los aceptaba estoicamente. Otra de sus palomilladas era levantar las faldas de sus amigas y luego salía corriendo como escapándose. De pocas amistades, sean masculinas o femeninas. Estudió en el Colegio Nacional Mixto San Luís, en El Agustino. Le encantaba practicar el voley pero más pudo el arte. No aparentaba la edad que tenía en su adolescencia, siempre le señalaban más edad por su tamaño y también por su finura corporal. No iba a fiestas. Tampoco nunca se hizo la “vaca” o como se dice “se tiró la pera”, era muy responsable y correcta en ese sentido. Nunca fue estudiosa, era “de lo normal para abajo” –sonrisas- Añora con toda fuerza sus épocas de colegiala inquieta y traviesa.
Su papel de madre, empieza a las seis y media de la mañana dice, prepara el desayuno y a las siete todos tienen que estar sentados alrededor de la mesa, grita como una “loca” para que bajen a desayunar,  trata de despacharlos lo más rápido posible, luego coge el control remoto, prende el televisor y mientras se distrae frente a la pantalla de color toma su desayuno. Es su momento de paz, de relajo. Al rato ya está pensando en que va a cocinar, tiene a Bertha, es una familiar cercana, quien la ayuda en los quehaceres de la cocina y en las compras. Normalmente ella misma va al mercado, siempre al más alejado de su casa. A sus caseras les dice que no le engañen porque sabe cuanto está el kilo de tomates, papas y demás productos. Regresa a casa y se pone a cocinar. Su alegría es compartir con su familia “lo más lindo es la hora de almuerzo”, casi siempre meriendan juntos, promedio de tres y media de la tarde, momento en que todos llegan a casa. Los días más tranquilos son los lunes y martes, el resto de la semana es más complicado, a veces tiene entrevistas en las mañanas, ocho o nueve, después de preparar el desayuno, corre a la ducha, se cambia, está con los “benditos ruleros puestos”, se empieza a maquillar y mientras lo hace, baja otra vez a la cocina y prepara el aderezo para el almuerzo, lo remueve y lo deja a medio hacer. Sale a la entrevista. “Hasta ahora todo le está saliendo bien”.
- ¿Hay alguna comida que no te guste?
- Casi todo me gusta, si no mira mi hermosa gordura… -risas-
Tales quehaceres es de todos los días, aunque los domingos su esposo dice a las “niñas” que la mamita debe descansar y ellos a cocinar, se preocupan por atenderla. Con su esposo es sumamente renegona –risas- marcando, marcando, marcando, repite esas palabras que lo acompaña con un ademán que hace con su mano derecha, de arriba hacia abajo y muy firme. Fue muy celoso, pero el tiempo pasa y “como que se va yendo eso”.
- ¿Qué te atrajo de Oscar?   
- No sé que te puedo decir… es una gran persona, comprende mi trabajo, respeta mi espacio. Él no es artista pero tiene el alma, le encanta acompañarme a mis presentaciones y cuando organizo una actividad, asume el papel del productor general del espectáculo, pero su trabajo hace que mayormente esté viajando. Es ingeniero de minas y es todo lo contrario a mí, tiene la santa paciencia, de carácter muy tranquilo como una seda, pero cuando se toma una copa de vino se pone macho muuuy macho, jajaja.
Amandita, la mayor de sus hijas, es tranquila, un poco soñadora, reservada, puede tener un problema y no lo expresa, tiene que conversarle y sacarle las palabras por cucharaditas, se parece a la madre cuando todos hablan y ella se queda muy callada, pero su gran virtud es ser muy colaboradora. Silvia, la segunda, es todo lo contrario a Amandita, le ha salido palomilla, mas juguetona, segura de si misma, es el polo opuesto, ella estudia Ciencias de la Comunicación en la Universidad San Martín, cursa el quinto ciclo en el turno mañana, es más comunicativa, empeñosa, “para ella todo es jarana, media flojona también”. Cuando la mami reniega por alguna razón, entre broma y broma, Silvia se las ingenia para hacerle pasar la amargura. Iraida, la menor y la última, tiene 12 años, es totalmente callada, no es comunicativa, en el colegio no habla pero en la casa habla por cuatro, tiene chispa, es bromista, se preocupa mucho, toma las situaciones muy en serio, cuando quiere resolver el problema se dice “si lo hago”, da mil vueltas y preocupa a todos, hasta que su esposo se enoje un poco de tanto verla dar vueltas. Las tres son muy sensibles, ante cualquier incidente familiar socorren al instante, muy colaboradoras. Cuando Amanda tiene discrepancias con alguien que se encuentra en su entorno artístico “porque no faltan inconvenientes como humana puede pasar dificultades” ellas siempre saludan a la persona con una sonrisa, son muy educadas. La cantante es muy amiga de sus hijas, les da mucha confianza, les comenta que la madre es la mejor amiga.
En el entorno, estaba Vicky, de estatura y contextura mediana, a quien Amanda considera una de sus mejores y más queridas amigas, también artista, representante del folklor de Huancavelica, actuaba con su hermana mayor bajo el seudónimo  “Dúo Hermanitas Sánchez”, con una nutrida experiencia de algo más de cincuenta años, ya forzosamente retiradas del arte andino por un accidente que tuvo Costa hace diez años y que produjo la pérdida de una pierna. Vickita como le llama Amanda, dice conocerla hace muchos años, el inicio fue en el Teatro Segura cuando se realizó una semana seguida de actuaciones, empezando dicha amistad la cual han cultivado hasta el día de hoy. La considera una señora buena, una madre abnegada y una gran artista también. Para Vicky, Amanda es alta, simpática y buena moza; han compartido escenario muchos años, coincidentemente en varias oportunidades se encontraban en las actuaciones y gracias a la experiencia de las huancavelicanas, Amanda recibió los mejores consejos, los que supo apreciar y cultivar. En una ocasión, ambas estaban invitadas para cantar en un evento cultural en Huancayo, Amandita se averiguó en que hotel estaban hospedadas las Hermanitas Sánchez e inmediatamente subió al cuarto a saludarlas, por el cariño y la admiración que les tiene,  se quedó con ellas a dormir, como el dormitorio constaba de tres camas, ya no quiso alojarse en otro lugar. En otra oportunidad, Amanda llegó a casa de Vicky para pedirle prestado la vestimenta típica de Huancavelica, ya que lo necesitaba con el objeto de elaborar su calendario en la cual incluía trajes de varias regiones del Perú. Lo colosal es que como Amanda estaba subida de peso no le entallaba la vestimenta, solicitándole a una costurera que agrande el espaldar a su voluminosa medida. En octubre del 2009 actuó Amanda en el teatro Raymondi, Vicky se encontraba como público. La diva desde el escenario ya la había visto y le agradeció públicamente por haberle prestado su vestimenta, arrancando calurosos aplausos pidiéndole a Vicky que suba al estrado para cantar juntas como si fueran las “Hermnitas Sanchez”. Acto que sensibilizó a los presentes hasta las lágrimas. En cada actuación que Amanda le observa a Vicky, reitera estas acciones, lo cual agrada sobremanera a la concurrencia.
Amanda no comparte ni reconoce en las famosas “divas del folklor”, las que denomina sin miramientos “vivas del folklor”, refiriéndose a Abencia Meza, Sonia Morales, Dina Paucar y otras más que están dentro de ese rubro. Ellas “tan sólo transmiten la parte comercial, transmiten lo que tienen materialmente, demuestran ante las cámaras si tienen una piscina, su sala grande, su casa, los guardaespaldas, cuantas empleadas, al chofer. Esas no son formas que el artista debe demostrar su arte son superficialidades, hasta el momento no he escuchado que estas “vivas del folklor” hablen de su trabajo artístico, además siempre se encuentran inmersas en escándalos de borracheras, amantes, lesbianismos y hasta muertes”. Simplemente para Amanda la moda pasa pero la tradición queda. Ya está pensando en como producir y festejar sus cuarenta y cinco años de vida artística, menciona que lo realizará en el Teatro Segura. Cada espectáculo que ha sabido ofrecer ha sido diferente y el público siempre ha quedado contento y satisfecho. Este año cumple bodas de zafiro, y a pedido de sus fans, presentará un desfile de los trajes típicos que ella ha usado. Posiblemente ofrecerá “las etapas de Amanda Portales” y entre nostalgia y satisfacción, me dice que aún tiene en casa su vestimenta de cuando era “La mascotita de Huánuco”, luego la etapa de “Flor Collarina”, “Amanda del Mantaro”, “Amanda de los Andes”, “Flor Amanda”,  “Amanda Portales la Novia de Junín”, “Amanda Portales la Novia del Perú”, hasta arribar a su propio nombre y apellido: Amanda Portales. “Será un retroceder en el tiempo”, alude con entusiasmo
Silvia, es delgada, de piel canela, cabello lacio, negro y lo tiene sujetado con un colet hacia un costado, de ojos negros y pícaros, nariz media aguileña, labios delgados, conversadora, espontánea y expresiva. La describe a su madre en segmentos: Amanda como madre, como hermana, como hija, como artista, como amiga. Expresa que todo hijo siempre dice que cree tener una gran madre, pero en su caso Amanda es una gran amiga. En estos tiempos es muy difícil tener a una mamá como amiga, es muy conciente de ello. Ha ido conociéndola en la medida que fue desarrollándose. Mientras Silvia cuenta con entusiasmo sobre lo que siente por su ídolo y ejemplo, “la novia” clava la mirada en el suelo quedándose pensativa, como analizando cada vocablo de su descendiente, de pronto reacciona con un agudo salto sobre el sillón, elevando las cejas y emitiendo un pequeño suspiro, la mira otra vez y le sonríe. Silvia confiesa que hay una confianza mutua y grande entre ambas. Verla a su progenitora como artista es un orgullo, “es un uaaaoo”; como madre es satisfactorio saber que hay tanta gente que la quiere, por como es y por todo lo que transmite. La reacción de Iraida es distinta, al querer saber que opinaba sobre su madre, sólo atinó a mirar a Silvia, soltó una sonrisa media forzada y luego volvió su vista hacia mí. En milésimas de segundos se puso seria, los dedos de su mano izquierda se distraían sobre sus labios, reinaba el silencio sobre ella. Es rolliza, alta, cabello negro y ondulado, ojos pequeños, usa gafas, de cara redonda, su nariz es parecida a la hermana, labios medios carnosos, aparenta tener quince años, viste una blusa blanca con aplicaciones en el pecho que lleva un dibujo de una gaviota y pantalón rojo. Cuando le pregunté sobre “bolita”, una pequeña de raza Shih Tzu, era el antídoto mágico para que sus labios se pudieran abrir, dijo es mi perrita. Bolita, es su engreída, muy querida en casa, excepto por Oscar cuando ladra mucho y no deja descansar. La lleva a pasear todos los días, es su fiel compañía. Medité el asunto sobre su madre, aquella opinión que había quedado en el aire, retomé el tema pensando que la comunicación que habíamos tenido tocando el tema de la Shih Tzu había generando confianza, nuevamente el sonido del silencio inundó el recinto, su expresión seria y los befos sellados por siempre. Comprendí que no debiera insistir, no despegó un solo milímetro de sus pulposos labios, nunca salió un sólo mensaje de su boca. Su mutismo criminal que duró aproximadamente quince segundos para Amanda fue un tiempo interminable, tanto que Silvia se sonreía de vez en cuando, percibía sus nervios y sólo miraba a la hermana como diciéndole ¡habla! ¡di algo! ¡no te quedes callada! Iraida reflejo una brillantez en sus dos luceros, se tornaron medios rojizos y húmedos, pugnaban caer lágrimas pero su fortaleza interior no le permitió, entonces descubrí que su emoción la invadía y que tal vez el orgullo que siente por mami es indescriptible y que tan sólo su silencio lo transmitía todo.
Terminada la sesión, inmediatamente se colocó sobre la mesa del centro una fuente blanca llena de papitas “semillas” sancochadas, otra de nuggets -trocitos de pollo dorados- en medio del plato una vasija de pirex con harta mayonesa y crema de ají, alrededor de las fuentes tenedores y servilletas, para las “nenas” refrescos de naranja y antes del auto servicio del pequeño banquete, se procedió a servir el vino tinto. Amanda alzó la copa, y ya fuera de la cámara, soltó un carajo y dijo salud. La picada duró media hora, entre charlas, recuerdos y anécdotas, era un poco más de media noche y el cansancio de todas se percibía. Hora de marcharse y descansar. Amanda se despide con un abrazo fraterno, agradece haber estado en casa, “a veces no se dispone de mucho tiempo pero cuando se trata de amistades muy cercanas hago un alto y en esta oportunidad acompañada de mis dos hijas, me complace haber entrado una vez más a una morada de respeto y mas aún, con la amistad que tengo con tú madre –Vicky- desde hace profuso tiempo”. Una vez más se eleva las rejas y junto a la puerta, las despedimos. Mientras atravesaba el enrejado, pensaba que cuando un escritor o periodista necesita de buscar a su fuente para realizar una crónica, ensayo, historia o reportaje de un personaje, lo habitual es que vaya a buscar al personaje donde quiera que se encuentre. En este caso la fuente vino hacia a mí. Amanda lo consideró así. Mi satisfacción es enorme pero más lo es su gesto, aquella dama imponente y de una personalidad que a muchos atemoriza, es significado de lealtad, sencillez, sinceridad, cariño, amistad y consideración para quienes ella aprecia.
 


 

 

 

lunes, 30 de agosto de 2010

Restaurante de un solo tenedor

"Menú a S/. 1.00", se publicaba en un letrero pegado en la ventana del comedor popular del Distrito de La Victoria, situado en la avenida Iquitos, frente a la plaza Manco Cápac.

Era la una y diez de la tarde, me aproximé a dicho lugar. De fachada deteriorada con tonos blanco y amarillo muy suave, cubiertos de capas plomizas por el polvo. Un  recinto tétrico, muy descuidado y aún cuando ni siquiera había logrado entrar, sentí el olor de comida no tan agradable para el olfato y el aspecto de algunos comensales que comenzaban a entrar era caótico, espantoso y penoso.
Una vez dentro, a un metro de distancia de la puerta principal decía "caja". La gente se ponía en fila, pagaba y luego se dirigía a coger una charola y cubiertos  para  luego disponerse a realizar fila nuevamente hasta llegar a unas pequeñas ventanillas.
En la primera ventanilla colgaba un letrero que decía "sopa", en la siguiente "segundo" , en la otra "postre" y por último la ventanilla de "refresco". Cada comensal recogía su porción que era servido por un personal de cocina. Una vez completada la ración muy lentamente se dirigían al salón principal que era el comedor, donde había más de treinta mesas y sillas en mayor número.
El "Centro de alimentación y nutrición Nº 3 de La Victoria" es un comedor popular  que pertenece al Ministerio de Salud. "El menú tiene bajo costo porque es subsidiado por el Ministerio y por algunas ONG" cuenta Miguel Carrillo, un caballero atento, de contextura delgada y administrador de la institución.
- ¿Cuántos menús reparten a diario? -le pregunto.
- Aproximadamente unos mil cincuenta.
- ¿Y cualquier persona puede comer aqui?
- Sí, este comedor está abierto para cualquier tipo de público. Mayormente vienen personas de recursos económicos muy escasos. Llegan madres solteras, prostitutas, ambulantes, pordioseros y ex convictos. Cada uno de ellos con diferentes historias. 
- ¿Cómo es que programan el menú de cada día?
- Este comedor cuenta con una nutricionista. Ella hace un balance del menú para toda la semana.
- Entonces atienden de lunes a domingo -le digo.
- No, sólo de lunes a viernes.
- ¿Y desde que hora atienden?
- Desde el desayuno. Abrimos a las siete de la mañana y el almuerzo es a partir del medio día. Cerramos el local hasta cuando se acabe la comida.

Los que acudían más eran las personas de la edad adulto mayor y madres. La mayoría de ellas con tres o cuatro críos como mínimo. Muchos de ellos se conocían y entablaban conversación. Algunos soltaban carcajadas escandalosas y otros se quedaban dormidos mientras comían.

Este comedor es un restaurante donde no existe mozos bien vestidos, ni cuenta con mesas mostrando vasos de cristal y menos aún con platos a la carta, pero que con un sólo tenedor mitiga el hambre de todo aquel que llega fatigado por la pobreza.






TRÁFICO SIN SOLUCIÓN

Lima es sinónimo de caos vehicular...





  "Es momento de buscar soluciones, este inconveniente está inmerso en la vida cotidiana de todos, ya que somos los usuarios y afectados" 



 A diario muchos trabajadores llegan tarde a su centro de trabajo. Muchos se movilizan en bús, otros en taxi y algunos en movilidad particular. El tráfico en Lima es fatal, genera un gasto mayor en el combustible y además, el ruído de los claxon es perturbador. El resultado final, regresar a casa muy estresado.


A parte de la dificultad vehicular, también hay otro campo que es la inseguridad. La mayoría de conductores, sobretodo, los de transporte público y servicios de taxis, no respetan las señales de tránsito creando en gran escala accidentes. Si a esto le sumamos los trabajos de refacción de pistas y veredas que se vuelven interminables. De las empresas que también rompen pistas para colocar acueductos de gas, agua y desagüe sin planificación conjunta. Las señales de desvío no son propicias pues causan más retardo y ocasionan embotellamiento.


Este problema sigue proliferando en la capital. Cada vez hay más personas que adquieren autos nuevos o de segunda. Los municipios extienden permisos de rutas a los transportistas públicos a diestra y siniestra. No hay una supervisión eficiente que pueda frenar este caos. Además afecta al turismo urbano creando incomodidad a los visitantes.

Es momento de buscar soluciones, este inconveniente está inmerso en la vida cotidiana de todos, ya que somos los usuarios y los afectados. Las autoridades respectivas están llamados a darle prioridad al tráfico vehicular existente como problema básico, poner orden y hacer respetar las reglas de tránsito. Buscar las deficiencias y planificar una restructuración que no sólo sea para dar solición momentánea si nó que sea con proyección a futuro.


El carga todo

Su día de carretillero empieza a las siete de la mañana. Trasladando de un lado a otro víveres, productos de limpieza, ropa, telares y todo cuanto pueda trasportar al destino determinado según lo acordado con el cliente. Trajina por los alrededores del Mercado Central o Mesa Redonda. Jirones Cusco, Ayacucho, Puno y Andahuaylas. Su día termina a las siete de la noche.

Empezó hace tres meses en este oficio. Anteriormente laboraba en una empresa de plásticos hasta que hubo reducción de personal y se quedó sin “chamba” como él dice. Su suerte cambió cuando su amigo Freddy le comenta que él es joven y puede laborar como cargador.

"Nuevito", así lo llaman los amigos del clan de carretilleros del centro de Lima a Herbert Guevara S., quién alquila a diario una carretilla y le cuesta dos soles. Herramienta de trabajo fundamental para cargar de todo y para todos. Vive en el distrito de San Martín de Porres, junto con la madre de su pequeña hija Heida Danitza, quien es la luz de sus ojos y por quien se rompe el lomo todos los días para llevarle el alimento necesario y crezca sana y fuerte.

Herbert, tiene veinte tres años, pero su aspecto refleja unos siete años más. Lleva puesto una bermuda y zapatillas color café, un polo marrón de manga corta y un gorrito negro, el cual protege su cabeza en tiempos de frío o calor.

Al acercarme a él, volteó repentinamente y fijó su mirada en mí con sus enormes ojos redondos y almendrados, sus labios secos y algo cuarteados parecía que pedían agua a gritos como si estuviese muriendo de sed en el desierto. Unas manos ásperas que hablaban de la dureza de su labor y el rostro marchito que transmite una vida sin esperanza. Aún con un semblante agotador, me regaló una sonrisa y una mirada tierna. Nos pusimos a charlar.

Un día muy productivo para mi amigo Herbert –lo sentí así- es cuando gana treinta soles, pero eso se da muy pocas veces porque hay mucha competencia de cargadores. El peor día es cuando saca ocho soles, dos se va en el pago de la carretilla y lo demás para el desayuno del día siguiente. Para el almuerzo recurre a un vecino que vive al lado de su casa, el cual tiene una tienda y le pide fiado productos comestibles que lo va pagando poco a poco. Un día promedio es cuando gana de quince a veinte soles.

Dentro de las horas de jornada, hay ciertos pleitos con otros carretilleros en aras de ganarse a la clientela y además, algunos están confabulados con el Serenazgo del municipio limeño. El fin es botarlos de los lugares estratégicos donde se pueda capturar más trabajo. “Lo único bueno de ser carretillero –me dice- es que eres independiente, no hay un jefe quien te mande, de uno mismo sale el esfuerzo y la habilidad para obtener más clientes”. Luego nos interrumpe un gordito de estatura baja, con pantalón jean y zapatos de vestir muy desgastados. Se acercó a Herbert y le dijo “coleguita mañana hay una chambita en 28 de Julio, buena carga, sacaremos bien”. Mi amigo quedó complacido.

Ruth lo espera ansiosa en casa con una comida fresca y caliente. Él la quiere mucho, y aunque ella es mayor por dos años, es joven también y se llevan de maravillas. Es cariñosa y atenta. Eso hace que las fuerzas perdidas en su que hacer diario de Herbert, las recupere para retornar con ahínco al día siguiente. Su mirada se pierde en el vacío y agrega que es una gran esposa y compañera, una de lujo.

En estos tres meses que lleva como carretillero, ya sintió algunas veces la queja de sus riñones. En este caso, ha tenido que recurrir a una posta médica y descansar unos días. Ruth toma su lugar para dar sustento económico al hogar y busca lavar ropa de terceros.

El entablar un diálogo con nuevito, fue particular, sentía haberlo conocido desde hace tiempo, su amabilidad y trato amiguero me conllevó a contarle parte de mí y mientras lo hacía, me acompañó a una panadería. Una empanada, un pedazo de pastel y un refresco, fue mi reciprocidad al haber compartido su historia conmigo.

Luego del pequeño refrigerio, palabras de gratitud brotaron de sus labios ya humectados por un pequeño aliento de vida. Era la hora de retornar a esos jirones, al destino de los “carga todo” y junto a la carretilla, su compañera imprescindible, seguramente le aguardaba alguna carga que llevar.